Los orígenes de la pasta están ligados a la tradición del cultivo del trigo, ya practicado en la época del Imperio Romano. Normalmente tendemos a atribuir el nacimiento de la pasta al regreso de Marco Polo de China en 1295. En realidad, esta mezcla a base de cereales y agua es un elemento imprescindible de la gastronomía mediterránea desde hace varios milenios. Generación tras generación, el procesamiento del trigo ha sido objeto de continuas mejoras, que han implicado la molienda, la preparación de la masa y la posterior cocción.
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