El tomate es una fruta originaria del oeste de Sudamérica, traída a Europa por los españoles en el siglo XVI e inicialmente considerada venenosa y ornamental. Su nombre "pomodoro" (tomate) deriva del término "pomo d'oro" (manzana dorada), que le asignó Pietro Andrea Mattioli en 1574 por su color dorado, que posteriormente se tornó rojo mediante la reproducción. Su nombre original era "tomatl", un término usado por los indígenas.
En Italia, el cultivo con fines alimentarios comenzó en el siglo XVII, comenzando en Nápoles y Sicilia, extendiéndose por todo el país y posteriormente a nivel mundial.
Origen y distribución
Sudamérica: El tomate es originario del oeste de Sudamérica (incluyendo Ecuador, Perú y Chile).
Aztecas: Fueron los primeros en cultivar y desarrollar el tomate en sus formas más grandes en México, llamándolo "xit tomati".
Llegada a Europa: En 1540, Hernán Cortés trajo las semillas a Europa, específicamente a España.
Desconfianza inicial: Inicialmente, se consideraba una fruta venenosa perteneciente a la familia de las solanáceas, por lo que se utilizaba únicamente como planta ornamental.
Historia del nombre
Término azteca: Los aztecas la llamaban tomatl, de donde derivan los términos español e inglés "tomate".
Manzana dorada: El médico italiano Pietro Andrea Mattioli la bautizó como "pomodoro" (del latín poma aurea, manzanas doradas) en 1574 debido a su color amarillo inicial.
Difusión y cultivo en Italia
Primeros en Europa: Italia fue uno de los primeros países europeos en descubrir el tomate, y Sicilia utilizó el término "pumurammuri".
Consumo: El consumo comenzó a extenderse en el siglo XVII, con la preparación de salsas y conservas, especialmente en Nápoles.
Suelo ideal: Las semillas de tomate se plantaron en suelo volcánico entre Nápoles y Salerno, que resultó ser ideal para el cultivo, como el de San Marzano.