El acero inoxidable o acero inoxidable se caracteriza por tener una mayor resistencia a la oxidación y corrosión que el acero al carbono. Esta capacidad se debe principalmente a la presencia del cromo, capaz de pasivarse, es decir, cubrirse con una fina y adherente capa de óxidos que protege superficialmente el metal o aleación subyacente de la acción del oxígeno y de los agentes químicos externos.